Tomate: El licopeno, presente en el tomate fresco y sus derivados, ha demostrado su capacidad para inhibir la proliferación celular, al tiempo que posee un efecto anti-carcinogénico y anti-aterogénico, al intervenir en la comunicación intercelular y modular los mecanismos inmunológicos.
Granada: La granada contiene elementos que inhiben el movimiento de las células cancerígenas y reducen la metástasis, evitando la expansión del cáncer, según revelaba un reciente estudio realizado en la Universidad de California.
Café: Según un estudio de la Universidad de Rutgers (EE UU), beber café e incluso aplicarlo directamente sobre la piel es eficaz para prevenir el cáncer de piel, ya que la cafeína inhibe una proteína llamada ATR que, al ser neturalizada, lleva a la destrucción de las células dañadas por los rayos ultravioletas tras una excesiva exposición al sol.
Ciruelas y Melocotones: Las últimas investigaciones han revelado que los extractos de ciruela y melocotón ayudan a destruir las células del cáncer de mama, incluso a las más agresivas, sin dañar a las células sanas, lo que abre las puertas a nuevos tratamientos de quimioterapia sin efectos secundarios.
Trigo y Centeno: Según el Instituto Americano de Investigación del Cáncer, los cereales, como el trigo o el centeno, contienen una serie de ingredientes que eluden el cáncer. Estos alimentos tienen la capacidad de acelerar el tránsito intestinal y ayudar a prevenir el cáncer de páncreas, estómago, colon y mama.